El 11 de mayo se conmemora el aniversario de la acción heroica de María Parado de Bellido, quien con su muerte consagrada a la libertad de nuestra patria, escribió una de las más hermosas páginas de nuestra historia, mujer notable que destacó por su valentía y heroísmo.
No se conoce mucho sobre su vida aunque sí se sabe que era de raza indígena, nació en Huamanga-Ayacucho el 5 de julio de 1777, sus padres fueron don Fernando Parado, criollo residente en esta ciudad y una humilde indígena, casada muy joven con Mariano Bellido, fue una amorosa y abnegada madre de siete hijos: Gregoria, Mariano, Andrea, Tomás, María, Leandro y Bartola.
Su esposo se desempeñaba como receptor de correos de las fuerzas patriotas y el enrolamiento de su hijo en la expedición de Arenales, que recorría la sierra central con el fin de exaltar el ánimo de sus habitantes, la comprometió a seguir a los patriotas en su lucha emancipadora.
Esta valiente mujer informaba a los jefes patriotas sobre las actividades militares de los españoles en Ayacucho, desplazamientos, y poderío bélico realistas, por medio de cartas a su esposo.
Corría el año de 1820 y había desembarcado la Expedición Libertadora en Paracas.
Poco después el general San Martín envió al general Arenales a una expedición que debía recorrer las ciudades de la sierra central con el fin de exaltar el ánimo de los patriotas, y provocar el levantamiento de guerrillas que enfrentarán y debilitarán al ejército realista. Más tarde proclamada la independencia en Lima, el virrey La Serna, acosado por los patriotas, había abandonado la capital y se dirigía a la sierra con destino a Cusco. En su recorrido que partió de Pisco, la expedición de Arenales pasó por Huamanga y Tomás, uno de los hijos de María Parado, se enroló en sus filas. Corría el año 1822 y una fuerte división realista al mando del sanguinario José Carratalá se hallaba acantonada en Huamanga, y allí cerca, en la localidad de Paras, se había reunido una fuerza patriota dirigida por el caudillo Cayetano Quiroz.
Al enterarse de que Carratalá iba a atacar por sorpresa Quiroz, María Parado -que era iletrada- hizo escribir una breve nota para alertar a Quiroz y la envió con un joven indio a su esposo que trabajaba en Paras. Lamentablemente la carta cayó en manos de los españoles y aunque Quiroz llegó a recibir la noticia y pudo evitar el ataque, María Parado fue detenida por orden de Carratalá y sometida a un severo y violento interrogatorio, Sin embargo, no reveló el nombre de los implicados en este documento, a pesar de las torturas prefirió morir, dejando huérfanos a sus hijos, antes de traicionar los secretos de los insurgentes. Después de haber sido paseada por la plaza pública donde debía llevarse a cabo su ejecución y leída en voz alta su sentencia que la condenaba a muerte, la notable mujer dijo, dirigiéndose altivamente a sus verdugos: “No estoy aquí para informarles a ustedes, sino para sacrificarme por la causa de la libertad”. María Parado de Bellido soportó hasta el último momento la violencia del cruel jefe español y se negó a pedir perdón a cambio de confesar lo que sabía.
Este hecho ocurrió en La Pampa del Arco el 27 de marzo de 1822.
Se dice que quisieron vendarla para el fusilamiento, mas ella se negó, muriendo como mueren los valientes. Hay quien describe cómo estuvo vestida el día funesto de su ejecución: traje blanco con pintas negras y sombrero de paja.
Su cadáver fue trasladado al templo de La Merced, donde se le dio sepultura.